Bélgica es uno de esos países donde puedes hacer mucho sin ir muy lejos. Compacta, bien conectada y llena de carácter, es perfecta para viajeros que buscan variedad sin complicaciones. Un día estás admirando arte surrealista en Bruselas, al siguiente estás recorriendo canales medievales en bicicleta en Brujas o disfrutando de vino natural en un almacén transformado en Amberes.

Cada ciudad tiene su propia historia, y no tienes que elegir solo una. Con un viaje en tren de nunca más de una hora, es fácil armar tu propio itinerario en Bélgica según lo que te apetezca: waffles o papas fritas, cerveza o catedrales góticas, arte moderno o encanto histórico. Idealmente, ¡todo lo anterior!

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Dónde alojarte

1. The Dominican / Bruselas

Escondido detrás de una fachada elegante a solo minutos de la Grand Place, The Dominican se siente como un santuario para adultos en el medio de la ciudad. El vestíbulo vibra con suaves notas de jazz, texturas de terciopelo y un sutil aroma a incienso, mientras que las habitaciones mezclan minimalismo de líneas limpias con toques ornamentales. Es donde los diplomáticos y amantes del diseño van a descansar los pies y disfrutar de un old fashioned antes de dormir.

2. Hotel de Orangerie / Brujas 

Imagina abrir tus cortinas y ver la niebla rizándose sobre un canal tan quieto como un espejo. Este antiguo convento del siglo XV tiene lámparas de araña, muebles antiguos y telas lujosas, con una sala de desayunos al lado de la chimenea que podría ser el set de una película. Es romántico, sí, pero no recargado—simplemente atemporal. Ven aquí para relajarte, observar a los cisnes pasar flotando y sentirte como si hubieras viajado en el tiempo.

3. 1898 The Post / Gante

Una joya sombría con torres escondida dentro de la antigua oficina de correos de Gante, este hotel boutique abraza su historia sin quedarse estancado en el pasado. Piensa: paredes verde oscuro, escritorios frente a ventanas altas, libros encuadernados en cuero y ropa de cama tan cómoda que invita a dormir hasta tarde. El bar del hotel, The Cobbler, tiene un ambiente de botica y sirve cócteles tan elegantes como los vasos en los que llegan.

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Dónde comer y beber

4. Le Chalet Robinson / Bruselas

Un corto paseo en barco a través de un lago rodeado de árboles te lleva a este chalet en una isla en el Bois de la Cambre. Dentro, todo es madera cálida, luz de velas parpadeante y ventanas que enmarcan el bosque circundante. Pide una canasta de croquetas y un vaso fresco de vino blanco, luego siéntate afuera y observa las balsas pasar mientras escuchas a los pájaros cantar. Es un almuerzo en la ciudad que se siente como una retirada en el bosque.

5. Het Waterhuis aan de Bierkant / Gante

Ubicado junto a los canales, con una carta de cervezas tan amplia como una novela. Ya sea que te gusten las cervezas Trappist, los lambics afrutados o las rubias belgas clásicas, este es tu lugar. Ven con amigos, y tal vez un cuaderno—querrás recordar lo que bebiste.

6. Dogma / Amberes

Escondido detrás de una fachada discreta en el centro de Amberes, Dogma es donde los amantes de los cócteles van cuando tienen ganas de algo con un toque especial. Ven aquí por un drink antes de cenar que fácilmente puede transformarse en una salida nocturna completa.

7. Veranda / Amberes

Ubicado en un viejo almacén a las afueras del centro de la ciudad, Veranda es un respiro moderno, sencillo y, francamente, brillante. Aquí no hay menú a la carta; llegas y te sirven lo que está en temporada, lo que está bueno, lo que tienen en mente. Cada plato es una sorpresa, pero nunca un riesgo: piensa en sabores puros, presentaciones creativas y la confianza de quien no necesita alardear. Perfecto para un almuerzo largo o una cena íntima donde la comida habla por sí sola.

8. Frites Atelier / Varias ciudades

Sí, estamos poniendo papas fritas en la lista, pero estas son de otro nivel. Creado por el chef estrella holandés Sergio Herman, Frites Atelier eleva a este básico belga con salsas sofisticadas (como mayonesa de trufa) y toppings como estofado de carne o parmesano. Un giro glamuroso a un clásico belga.

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Dónde explorar

9. Atomium / Bruselas

Parte escultura de ciencia ficción, parte cápsula del tiempo, el Atomium se eleva sobre Bruselas como un sueño retro-futurista. Entra en sus relucientes esferas de acero para explorar la arquitectura de mediados de siglo, instalaciones surrealistas y elevadores con techos de vidrio que te suben rápidamente a vistas panorámicas. Al atardecer, toda la estructura brilla—un recordatorio de que incluso los símbolos de Bélgica pueden ser maravillosamente extraños.

10. Castillo Gravensteen / Gante

Justo en el corazón de Gante se encuentra esta fortaleza medieval, con paredes de piedra marcadas por siglos de drama. Dentro, pasillos que resuenan exhiben armaduras y dispositivos de tortura, mientras que la azotea ofrece vistas cinematográficas de agujas y techos rojos. Es uno de los pocos castillos que se siente más habitado que escenificado.

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11. MAS Museo / Amberes

Revestido en arenisca roja y paneles de vidrio que se elevan como contenedores apilados, el MAS es tanto una escultura como un museo. Dentro, sus exposiciones exploran de todo, desde comercio global hasta historias locales. Sube por las escaleras mecánicas piso a piso y termina en la azotea, donde el río y el horizonte se extienden como una pintura.

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Dónde relajarte

12. Parque Leopoldo / Bruselas

Escondido detrás de los edificios del Parlamento Europeo, este tranquilo parque es un rincón verde de calma. Los locales pasean entre patos y estanques, estudiantes hacen picnic bajo sauces llorones y el suave ruido de la ciudad es reemplazado por el canto de los pájaros y el viento. Es ese tipo de lugar donde el tiempo se estira y tu única tarea es sentarte y estar.

13. Minnewaterpark / Brujas

Caminos serpenteantes, puentes arqueados y un lago tranquilo con cisnes deslizándose—es casi dolorosamente pintoresco. Apodado el “Lago del Amor,” este parque parece suspendido entre cuento de hadas y realidad. Camina lentamente, respira profundamente y deja que el día se derrita un poco. El atardecer aquí se siente como el final de una película.

Tip: Aunque Bélgica sea multilingüe (francés, neerlandés, alemán), el inglés se habla ampliamente—especialmente en ciudades. Y con bunq, tu banca habla tu idioma también. Maneja tu presupuesto, cambia de idioma en la app y salta de ciudad en ciudad sin perder el ritmo.

Bélgica demuestra que las cosas buenas vienen en países pequeños. Ya sea que estés aquí por la cerveza, el arte o simplemente un fin de semana de encanto acogedor en calles adoquinadas, es un lugar que premia la curiosidad. No lo planees demasiado. Simplemente empieza en algún lugar, quédate un poco más de lo que pensabas y toma el siguiente tren cuando te apetezca.

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Donde sea que vayas después, probablemente esté más cerca de lo que crees.